Bad Bunny lo ha vuelto a hacer: ha desafiado las normas, ha roto esquemas y ha colocado su corazón —y su música— justo donde empezó todo. En lugar de seguir la ruta tradicional de artistas internacionales que montan su residencia en Las Vegas, Nueva York o Los Ángeles, Benito Ocasio ha elegido su tierra natal, Puerto Rico, como epicentro de su nuevo espectáculo: No Me Quiero Ir de Aquí. ¿Una residencia de conciertos en casa? Solo el Conejo Malo sería capaz de lanzarse a esta jugada ganadora.
Una carta de amor con ritmo y fuerza
La residencia, iniciada el 11 de julio en el Coliseo de Puerto Rico —la arena cubierta más grande de la isla—, es mucho más que una serie de conciertos: es una declaración de amor. Las primeras nueve fechas fueron reservadas exclusivamente para residentes locales, demostrando que para Bad Bunny, Puerto Rico no es un mero escenario, sino su musa. Cada fin de semana hasta el 14 de septiembre, este evento está atrayendo no solo a fans boricuas, sino también a turistas de todas partes, revitalizando el turismo y el orgullo local.
Los conciertos acompañan el lanzamiento de su sexto álbum de estudio, “Debí Tirar Más Fotos”, una obra introspectiva y profundamente personal. A través de sus letras, Bad Bunny toca temas de identidad cultural y critica las complejidades socio-políticas que enfrenta la isla, todo envuelto en una sonoridad que celebra los ritmos con los que creció.
Una noche inolvidable y llena de sorpresas
Como era de esperar, el primer espectáculo fue un derroche de energía, nostalgia y puro sabor caribeño. El repertorio ofreció un paseo por los grandes éxitos de su carrera, combinados con nuevas canciones que ya están dando que hablar. Desde la intensidad emocional de “Amorfoda” hasta el perreo de alto voltaje con “Yo Perreo Sola”, la noche fue una montaña rusa emocional-urbana que dejó a todos con ganas de más.
¿Te imaginas cantar “Callaíta” a pleno pulmón en el corazón de San Juan? Pues eso mismo vivieron los afortunados asistentes que fueron testigos de esta celebración única. La mezcla de luces, visuales de infarto y la vibra tropical convirtieron el espectáculo en algo que ni Tony Stark con efectos de Industrias Stark podría igualar.
Setlist oficial: los temazos que sonaron
Si estás planeando hacer una maratón de Bad Bunny al estilo “modo Dios”, aquí te dejamos la lista completa de canciones interpretadas en el primer concierto de la residencia No Me Quiero Ir de Aquí:
- DTmF
- KETU TeCRÉ
- EL CLúB
- La Santa
- PIToRRO DE COCO
- El Apagón
- WELTiTA
- KLOuFRENS
- BOKeTE
- Si Estuviésemos Juntos
- Ni Bien Ni Mal
- Amorfoda
- TURiSTA
- NUEVAYoL
- Tití Me Preguntó
- Neverita
- Si Veo a Tu Mamá
- La Romana
- La Jumpa
- VOY A LLeVARTE PA PR
- Me Porto Bonito
- No Me Conoce
- Bichiyal
- PERRO NEGRO
- Yo Perreo Sola
- Efecto
- Safaera
- VeLDÁ
- EoO
- CAFé CON RON
- LO QUE LE PASÓ A HAWaii
- Callaíta
- BAILE INoLVIDABLE
- DTmF (repetida)
- LA MuDANZA
Con esta selección, no solo repasa todos los géneros que ha tocado a lo largo de su carrera —desde el trap latino al reguetón clásico, pasando por baladas y experimentos musicales locos muy a lo Willy Wonka—, sino que demuestra por qué es uno de los artistas más influyentes del momento.
Puerto Rico: epicentro del hype musical
Lo más poderoso de esta residencia no es solo el espectáculo musical, aunque eso ya sería suficientemente épico. Lo que de verdad le da peso es su significado: Bad Bunny convierte a su país en el centro del universo pop por unos meses. Y lo hace sin pedir permiso, con todo el flow del Caribe y la energía de quien sabe que está escribiendo historia en tiempo real.
Si alguna vez hubo dudas de que el reguetón puede ser poético, político y profundamente personal, “No Me Quiero Ir de Aquí” responde con un contundente sí. Y mientras sonaba “El Apagón” con sus versos de crítica social, quedó claro que esto no es solo un concierto, es un manifiesto musical que arranca desde lo más hondo del alma boricua.
Así que, si todavía te estás preguntando si vale la pena cruzar el charco para ver a Bad Bunny en su tierra… solo ten en cuenta que esto es algo irrepetible. Como diría cierto arqueólogo con látigo: esto pertenece a un museo… pero en este caso, a uno con altavoces bien potentes.